Sunday, January 22, 2012

8.8 en la escala de recuerdos


Lentos pasos llevan a un cansado hombre a la cima del monte. El motivo es un tanto confuso, pero aun así mezcla el miedo y la ansiedad. El gentío espera, no lo siguen a todos lados como debieran, pero no es para juzgarlos, el temor se apodera de todos y paraliza las voluntades sin misericordia alguna. Al llegar a la cima ocurre lo que, según cuenta la historia, fue un hecho asombroso. El Eterno, Rey de reyes y Señor de señores hizo temblar aquel monte y todo lo que estaba cercano, estremeciendo con potencia la tierra... Así Dios le entregó los mandamientos a Moisés.

Lentos pasos llevan a un cansado y dolorido hombre a la cima del monte. El motivo es un tanto confuso (para los que lo rodean), pero aun así mezcla el miedo y la ansiedad. El gentío espero, otros escapan, pocos lo siguen a todos lados como debieran, pero no es para juzgarlos, el temor es cruel y hace romper promesas. Al llegar a la cima ocurre lo que, según cuenta la historia, fue un hecho asombroso. El Eterno, Rey de reyes y Señor de señores hizo temblar aquel monte y todo lo que estaba cercano, estremeciendo con potencia la tierra... Así Jesucristo dio su vida por nosotros.

Pero no te distraigas de lo central. Busca entre las muchas similitudes la más importante para la historia. En ambas hay un monte, pero no es lo central. En ambas hay un hombre, y hombres muy importantes, pero no es lo central. En ambas, y como en otras ocasiones bíblicas, Dios estremeció la tierra e hizo temblar todo con su poder.

Ahora, piensa por un momento en la tierra... La tierra pasa desapercibida en estas historias, pero es un personaje muy importante en todo esto. ¿Piensas que fue fácil para la tierra soportar el poder del Eterno? ¿Crees que no sufrió al ver que el temblor de ella asustó al pueblo de Israel  y lo alejó de una relación más cercana con Dios? ¿Piensas que no le dolió sentir la pena de Dios al ver a su hijo morir y sentir gota a gota caer la sangre del Salvador del mundo sobre sí? Fueron momentos traumatizantes para la tierra. No los pudo superar nunca, hasta el día de hoy. Los recuerdos imprebicibles e implacables la hacen tiritar una y otra vez, produciendo sin querer pequeños temblores en la superficie. Pero no son los recuerdos los que más afectan, porque aun siendo terribles y despiadados en muchas oportunidades puede contralar el impulso y no temblar. Son los sueños los que más la atormentan. Pero que digo sueños, pesadillas. Pesadillas que la hacen sudar, llorar y temblar. La afectan a tal grado que provocan, sin querer, grandes terremotos en el mundo. Despierta aun llorando, con un frío recorriendo su espalda, con la sensación de soledad que la hace desesperar aun más y no encontrar el consuelo para la sanidad que su alma necesita...

Siendo completamente sincero, no estoy seguro de que eso sea así, pero si la tierra sintiera y pensara como tú y como yo, seguramente así sería. Los recuerdos. Silenciosos y despiadados. Escalofriantes inquilinos de nuestra frágil y vulnerable mente. Seguro que entiendes a lo que me refiero. Escenas que se repiten una y otra vez sin control aparente provocando verdaderos terremotos internos y sumiéndote en una soledad inexplicable. Sucesos de tu vida que te da vergüenza que alguien más los sepa. Acontecimientos que sabes que nadie entendería. Muchos que ni siquiera tú te haz perdonado aun.

Aclarando un poco el tema, existen dos tipos de recuerdos negativos, los provocados por Dios y los provocados por el enemigo. Los provocados por Dios el único objetivo que tienen es llevarte al arrepentimiento y la sanidad. En cambio los provocados por el enemigo son para llevarte a la amargura, al pecado y a alejarte emocionalmente de Dios. Dios te recordará sucesos negativos que no hayas sanado, el enemigo te recordará muchas veces los que ya aclaraste con Dios y por los cuales ya pediste perdón. Para hacerte caer en amargura, dudar del perdón, y de la  comunión que puedes llegar a tener con el Padre.

El Señor siempre instó al pueblo de Israel a recordar, pero recordar las cosas que Él hizo por ellos. El resto, los otros recuerdos, deben ser usados de una forma correcta. Y sino, si un recuerdo te provoca tormentos y pesares, o estás en rebeldía y no te quieres arrepentir o es el enemigo que te está zarandeando… 


Sin otra intención que aportar. Cristian San Martín Amaya. @CosAmaya

3 comments:

Unknown said...

¿Seré yo Señor?
:z

Muy buena reflexión... los científicos te apedrearían si presentaras esta tesis en algún simposio, pero como reflexión espiritual es muy buena.

Sigue escribiendo, estoy esperando el próximo.

Anonymous said...

buenisimo
=D
saludos por alla ;)

Anonymous said...

soy la elita sandoval por siaca xD ajajjaj