Wednesday, July 17, 2013

Matías y el otro.

Ciento veinte personas mirando como aquel regazo se agitaba sin cesar. Ciento dieciocho veían como esas suertes eran agitadas dentro del regazo como simples espectadores. Once eran los organizadores de aquel importante evento que esperaban ansiosos que alguna de las piedrecitas saliera del regazo. Y dos personas que estaban viviendo aquel evento como el momento más importante de todas sus vidas. 

 
Trece minutos más tarde podemos ver a ciento diecinueve celebrando alegres uno de los acontecimientos más importantes de aquel grupo; pero hay uno que no quedó muy contento, y para ser precisos, era enojo y tristeza lo que inundaba su corazón. 
 
- Todos saben que debí ser yo el escogido - se repetía una y otra vez - estas cosas tan importantes no se deben dejar a la suerte. 
 
La mayoría pensaba que él sería el escogido porque su reputación era muy buena, de hecho le decían "el justo", José el Justo, en cambio el otro solamente era Matías. Pero la suerte dijo otra cosa. 
 
La práctica de echar suertes era común en el pueblo judío. No la usaban como azar para obtener ganancias como la lotería, sino que la usaban para tomar decisiones complejas, ya que confiaban firmemente que esa suerte la determinaría Dios. El método consistía en poner dos piedritas, que representaban a cada uno de los que estaban en el dilema, en un regazo y agitarlo hasta que una de las dos saliera fuera de él, así determinaban quien era el escogido. 
 
Aún así, los ojos de José seguían enrojecidos por tanta rabia y tanta pena junta. Era el puesto de apóstol el que se echó a la suerte. Es como que el cargo de gerente general en la empresa que llevas trabajando 20 años lo estés disputando con un recién llegado y que por una moneda tirada al cara y sello le den el puesto a él y no a ti. 

Seguramente te ha pasado en más de una oportunidad. Esas ocasiones en las que la vida parece volverse cruel y sospechosamente en contra tuya. Cuando debiste ser y no lo fuiste. O las innumerables veces que has dicho "¿Por qué a mí?". Bueno, con todo esto quiero decirte dos cosas. Primero, que en esas situaciones en las que parece que la ruleta rusa no está a tu favor y que a la suerte no le simpatizas en realidad no hay azar, sino que es una toma de decisiones de jerarquía divina, es el mismo Creador de todo el que optó por esa opción. Y segundo, quiero darte ánimo porque aun cuando esas decisiones parecer perjudicarte, el tiempo siempre le ha dado la razón al Creador y queda demostrado que su decisión fue correcta. El impacto que tuvo la iglesia de Jesucristo con los 12 apóstoles escogidos fue tremendo, probablemente no hubiese sido así si los hombres hubiesen elegido a José el Justo. Dios te da libre albedrío pero hay ocasiones en las que lo que pasa no es por una decisión tuya, quiero decirte que ahí, Dios decide y siempre, pero siempre, toma la mejor decisión, aunque cueste entenderla al principio. 

Ánimo!

3 comments:

Unknown said...

Cuando uno lee esta historia nunca se dedica a pensar qué pasó con José.
Cristian, tienes el don de mostrarnos siempre esas cosas que obviamos, pero que no son menos importantes, y que nos pueden aportar un enorme provecho en nuestras vidas.
Gracias por compartir este mensaje, sin duda se necesita.

Unknown said...

muy bello...estas son enseñanzas de vida en que se puede basar también para educar a nuestros hijos... muchas gracias por la historia de matias y el otro

Unknown said...

Gracias por sus comentarios... espero pronto subir una nueva entrada :)