Desde el principio de los tiempos, el hombre ha buscado
tener poder y tener la capacidad de dominar las cosas. Un gran paso
fue cuando descubrió la existencia del fuego. Logró ver y
experimentar con el poder que este tenía, pero al poco tiempo se dio
cuenta que era muy difícil controlarlo. Una de las razones
principales por las cuales a los hombres de la antigüedad se les
hizo tan complicado dominar este guerrero impetuoso que crece frente
a las adversidades, es que desconocía sus propiedades, o mejor
dicho, desconocía lo que producía el fuego en lo que tocaba.
Vamos a ver ahora, tres efectos del fuego, los cuales
nos ayudaran a entender qué es lo que nuestro señor quiere para
este tiempo.
1) El fuego produce dolor: Seguramente todos en alguna
ocasión nos hemos quemado con un fósforo, la cocina, la estufa, la
plancha, etc. ¿Qué fue lo que sentimos en ese momento? ¡Dolor! O
la vez que nos quemamos al sol, y nos quedó la espalda delicada,
¿Qué sentimos cuando alguien nos abrazaba en ese momento? ¡Dolor!
Eso ocurre en el plano físico, natural. Y me sorprende ver como el
mundo espiritual tiene una correlación con las cosas naturales en la
mayoría de los casos de una manera exacta. El fuego espiritual
también provoca dolor. Y mucho. Muchas veces es ese dolor el que te
lleva a retirarte del fuego y te impide seguir encendiéndote. El
dolor de la prueba. A quién no le ha pasado que justo cuando decide
consagrarse y vivir lo más correctamente posible, se le viene todo
el mundo encima. Las tentaciones no te dejan tranquilo. Justo cuando
comenzaste a diezmar, te despiden. Justo cuando te decides a no
copiar, te sacas un 1.
Otro dolor fuerte es el dolor de la soledad. No siempre
tu entorno se enciende junto contigo. Tú llegaste a Cristo, y nadie
más de tu familia es cristiano. Tú estás encendido, pero te
provoca dolor que tu familia no lo esté. Tú quieres hacer mil cosas
para el reino, pero tus amigos (as) sólo están pensando en
carretear. ¿Te suena familiar? Es porque el fuego provoca dolor.
2) El fuego provoca transformación: El agua expuesta al
fuego por un tiempo pasa de estado líquido a estado gaseoso y el
hielo pasa de sólido a líquido cuando se expone al fuego. La madera
y el papel, luego de un rato en contacto con el fuego, pasa a ser
cenizas. El fuego trae consigo transformación. Y en la vida
espiritual también es así. Hay muchas áreas en nuestra vida que
necesitan una transformación. No sólo un cambio de forma, porque un
papel se puede arrugar o se puede doblar y dejarlo con la forma de un
avión o una flor si se quiere, pero en nuestra vida, necesitamos un
cambio de estado en la materia. Una transformación radical. El fuego
vendrá a transformar ese vicio en un hábito constructivo. El fuego
vendrá a transformar la pornografía en tiempos de lectura (por
ejemplo). El fuego transformará la adicción al cigarro por un
hábito de hacer deporte. El fuego cambiará esos pensamientos
impuros, en ideas que contribuyan al reino. El fuego transformará
nuestra naturaleza rebelde en una que aborrezca el pecado y que cada
vez que cometa uno, se arrepentirá; no se deleitará en lo malo. El
fuego traerá un cambió de estado. Una Metanoia.
3) El fuego causa movimiento: Seguramente todos nos
hemos quemado alguna vez. ¿Qué sucede en ese momento? ¿Nos
quedamos quietos esperando que pase el dolor? ¿Nos sentamos en un
sillón hasta que ya no duela? ¡No! Te desesperas, corres, te
mueves, mueves la mano (suponiendo que es la mano la zona que te
quemaste), no te puedes quedar tranquilo. Los dobles de riesgo que
encienden sus cuerpos tienen que estar en constante movimiento hasta
que se tiran al suelo. El fuego, en sí mismo, es un acto de
movimiento. Las partículas se mueven con tanta rapidez que provocan
ese calor.
En la vida espiritual es lo mismo. Si te quemas no es
para que te sientes en el sillón hasta que se te pase. Es para
provocar una acción. El fuego debe provocar un hecho. Algo hay para
hacer y tú eres el más indicado. Tal vez encender a tu familia. Tal
vez encender a tu liceo. Tal vez encender a los de tu estilo. Si no
hay algo dentro de la congregación que te guste, inventa algo. Pero
no te quedes quieto. No puedes quedarte quieto. El fuego debe
provocarte acciones. Hay mucha gente que te necesita, pero de una
forma activa.
Para terminar, recuerda que Juan el bautista dijo que el
que le seguía a él, o sea, Cristo, iba a bautizar con Espíritu
Santo y FUEGO. CON ESPÍRITU SANTO Y FUEGO. Y FUEGO.
2 comments:
Fue un codazo para mí. Creo que debo empezar a acercarme al fuego, y no huir de él como un animal asustado.
Me dio risa cuando hablabas del dolor y diste el ejemplo de quemarse con una plancha... ¿qué tiene que ver con el fuego? jajajaja Eso. Sorry.
Jajajaja plancha caliente - calor - fuego.... O sea! Jejeje.
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