Thursday, October 26, 2006

Rhemail Nº13: Historia de una tierra

Historia de una tierra.

Había una vez, un pedazo de tierra que se sentía muy mal. Estaba muy bajoneada. Se sentía como el bicho raro de entre todos los pedazos de tierra. Estaba cubierta de excremento y se sentía más fea que el resto. Además tenía unos espanta-pájaros para que ni las aves se acercaran a ella. El resto de las tierras se sentían superiores a ella, pues, ni siquiera ella se valoraba. Es más, como nuestra amiga tenía la autoestima tan baja, el resto creyó que realmente eran mejores por sus características. Una dijo: "Yo soy la más popular, todos pasan cerca de mí, además, a las aves les gusta pararse en mí"; era la que estaba junto al camino. Otra dijo: "No, no, no. Yo soy mucho más bakán, porque estoy rodeada de piedras, así nadie puede tocarme, el que quiera tocarme se la verá con mis piedras"; era la que estaba en los pedregales. La última decía: "Yo soy más distinguida, estoy rodeada de espinas, de tal forma que quien quiera acercarse a mí, quedará todo pinchado, realmente soy la más Top"; era la que estaba entre los espinos.
De esta forma todas las tierras se veían, a si mismas, más bonitas. Creían tener atributos que las hacía mejores. Y nuestra amiga, llamada paradójicamente (para ella) "buena tierra", se sentía cada vez peor. Incluso había optado por juntarse con puras tierras de su tipo, ya que se sentía inferior al resto. El mayor problema es que esta tierra, buena tierra, tenía la misión de que todo el resto de las tierras fueran buenas. Pero cuando trataba de convencer al resto que estaban mal, ni ella misma se lo creía, porque se sentía inferior. Miraba a las otras tierras y todos sus "atributos", y luego se miraba a ella misma, llena de abono (caca), y realmente se sentía poca cosa. Entre las otras "buenas tierras" se sentía bien, pero frente al resto no tenía la misma libertad y siempre terminaba callando, por temor al ridículo. El resto de las tierras había logrado afectar la manera de pensar de la buena tierra a tal punto que ella también encontraba bueno que tuvieran piedras, espinas o que estuvieran junto al camino; olvidando por completo que para una tierra lo mejor que puede existir es estar abonada, puesto que tiene la capacidad de producir vida y ella misma está llena de vida. Nuestra amiga, buena tierra, terminó sus días juntándose con el resto de sus amigas "buenas tierras", todos los domingos; a veces, incluso, los martes. Asistió a muchas charlas de cómo ser mejor tierra, pero nunca se animó a compartirlo con el resto. Y todo porque nunca nadie le dijo que ser buena tierra es bueno. Porque nadie le dijo que tener abono no era malo. Que no estaba llamada a sufrir. Que realmente ella estaba cumpliendo el objetivo. No tuvo a nadie Superior que le dijera que estaba para ser reina y no esclava. Al parecer nunca supo lo significaba ser buena tierra.

"Supongo que el mensaje está claro, pero no quiero que queden dudas. El pecado no es rico. No creas cuando te digan que te gusta pecar. No creas cuando tú mismo pienses que te gusta pecar. No creas en el común denominador de la sociedad. Que seas cristiano es un privilegio, y la idea es que lo creas y lo expreses al resto. Ser cristiano no es un sacrificio, y si así lo ves, deberías conocer más a Dios. Ser cristiano es lo mejor, no le creas a nadie que te diga que es aburrido, que es fome, que es penca, que es para los weo... ¡No les creas! Al contrario, levántate como un salmón y nada en contra de la corriente. Y vive con la convicción de que eres un privilegiado. Así no te va a costar llegar con el mensaje de Cristo al resto de las personas. No digas sólo con la boca que eres rey; dilo con tu frente, con tu actitud. Mientras no creas lo que Dios te ha dado, vas a seguir tu vida siendo un ilustre desconocido, juntándote con tus hermanos los domingos y los martes. Mientras no levantes tu frente con seguridad (no con orgullo), vas a seguir asistiendo a seminarios y congresos para ser mejor tierra, y el resto seguirá engañado, creyendo que su vida es la mejor. Tú eres la buena tierra, y el resto debe parecerse a ti. Créete el cuento y podras impactar al resto."


Con Cariño, Cristian San Martín

Rhemail Nº12: Fíjate en la micro que tomas

Fíjate en la micro que tomas.


A lo largo de mi corta carrera en el evangelio, he entendido (por misericordia) que cuando Dios te quiere hablar, es capaz de hacerlo, incluso, a través de las situaciones más insólitas; también creo que lo he podido transmitir a ustedes a través de los Rhemails anteriores. Por eso no dudo en que van a saber que fue Dios el que me habló.

Hace unos días atrás, salí de la universidad como a las 21:00, y me dirigí a tomar la micro. Para mi bendición me subí a la misma máquina que un hermano de mi congregación. Nos alegramos, nos saludamos y conversamos un rato... pero la micro comenzó a fallar. De un momento a otro, el motor se detuvo y la micro quedó a mitad de la calle. Aunque no lo demostré, mi espíritu se inquietó dentro de mí. Primero pensé que nos pasaría algo malo, por quedar en medio de la calle. Pero cuando el motor volvió a funcionar, luego de un rato de esfuerzo del avezado chofer, entendí que Dios me quería enseñar algo. La micro anduvo unos metros, pero comenzó a salir un olor muy fuerte a aceite quemado. Fue ahí cuando el chofer, resignado, decidió de manera muy sabia, que lo mejor era cambiarnos de micro...

"Antes de seguir escribiendo, quiero detenerme un rato en esta parte, para
recalcar que Dios nos puede hablar de cualquier manera. Muchas veces estamos
esperando una respuesta de Dios, pero al estilo que nosotros creemos que es de
Dios. O sueños; o visiones; o profecías. Claro que estas son formas en las que
habla Dios, pero no son las únicas. Dios está muy interesado en que le conozcas,
pera para eso debes aprender a escucharlo. Conocer su voz no es una sugerencia,
es un mandato; una obligación. ¿Nunca te han pasado cosas "raras", que nunca le
encontraste sentido? ¿Quién dice que no era Dios, tratando de contarte un
secreto?..."


Durante el cambio de micro, el chofer se esforzaba por darnos una explicación de lo que tenía la máquina y el motor. Yo sólo saqué como conclusión que la micro estaba mala. Simplemente estaba mala y no había más vuelta que darle al asunto.
Pero no fue hasta el día siguiente, y luego de seguir con el recuerdo de la micro en la mente, que entendí que era lo que Dios me quería mostrar:
"Hay tres personajes en la parábola; el pasajero, que corresponde a ti o a mí;
el chofer, que es el Señor Jesús; y la micro, que representa la revelación en
nuestras vidas. La revelación es lo que nos mueve y nos lleva a nuestro destino.
La palabra de Dios para ti es que si la revelación (micro) está mala, aunque
tengas la intención de llegar a algún lado, y al mejor chofer del mundo al
volante, no llegarás a ningún lado. Si la revelación en tu vida está mala,
aunque tengas al Chofer de choferes y la mejor de las intenciones, no alcanzarás
ninguna meta.
Un día un joven de la congregación me preguntó qué pasaba
cuando uno tenía toda la disposición y se entregaba en las manos de Dios, y aun
así las cosas no resultaban. En ese momento le dije algo parecido a lo que ahora
Dios me habló a través de la micro.
Por eso quiero motivarte a que te
examines y te preguntes que revelaciones son las que te mueven, porque tal vez
por eso aun no llegamos al propósito que Dios tiene con nosotros. Pero, cuando
hablo de revelación no sólo hablo de las palabras profundas y complicadas, sino
también de las pequeñas grandes cosas que determinan tu manera de ser, como el
tipo de amigos que tienes; o la música que escuchas; o la actitud que tienes en
los cultos, etc. También influye lo que ves en internet o en televisión. Parecen
cosas insignificantes, pero son las que te mueven, por lo tanto son tus
revelaciones. Y de acuerdo a lo que Dios me dijo, son éstas las que determinan
cuánto te demoras en llegar al propósito.
¿Realmente estás dispuesto a poner
en peligro tu destino en la tierra por cosas tan pequeñas? Tu propósito es
marcar la historia, ¿estás dispuesto a perderlo o a retrasarlo por la música?
¿Un amigo vale más que lo que Dios quiere hacer contigo? ¿Realmente tu novia(o)
es más importante que lo que Dios planeó desde la eternidad contigo?...
Pueden haber muchas revelaciones equivocadas que te están llevando a estar
"en pana" en alguna área de tu vida y mientras no te cambies de micro, el chofer
no va a poder hacer nada. Por eso, pídele al Espíritu Santo que te examine, y
que te diga qué está bien y qué está mal, y se obediente... ¡te conviene! Trae
muchos beneficios.
Las revelaciones son las tendencias que marcan el sentido
de nuestras decisiones, por eso, si éstas están malas, aunque el Señor trate de
enderezar y afirmar tus pasos, no lo logrará. Por eso: Fíjate en la micro que
tomas."



Con mucho amor, para todos los que quieren alcanzar el propósito de Dios y no permitirán que pequeñas cosas arruinen todo el esfuerzo.


Les saluda, Cristian San Martín.

Rhemail Nº11: Especie en peligro de ex...

Especie en peligro de ex...


A lo largo de la historia la humanidad ha sido testigo de que la iglesia cristiana no se ha conducido de la mejor forma. Incluso hay un versículo en la Biblia que habla que un reino debe estar unido, o si no perece. Con estos antecedentes en conocimiento de todos, tengo que anunciar un peligro. Lamento comunicarles que la iglesia no puede estar dependiendo de grandes avivamientos para crecer. Al parecer nos volvimos aviva-dependientes y eso no es correcto, por lo tanto tengo el deber de anunciarles que somos una especie en peligro de ex... espera un momento. Antes vamos a ver un comunicado que encontraron unas hermanas que estaban ministrando libertad de la cautividad.


Mensaje de alerta.

Mi intención no es alarmar, sino informar. Me ha
correspondido la penosa misión de comunicar a toda la comunidad que estamos en
estado de alerta máxima. Todo el lugar está en caos. Ya nadie se atreve a salir
de sus "piezas" para ir a "trabajar". Estamos entrando a la época más peligrosa
que hayamos pasado.
Al parecer nuestros enemigos han descubierto lo que
tanto temíamos. Pareciera ser que ahora sí que están caminando por el camino
correcto. Ahora sí que están haciendo lo que más nos hace daño. Y ya no hay nada
que podamos hacer, al parecer nada los puede detener. A cualquiera de nosotros
que se cruza en su camino, lo hacen pebre sin ninguna piedad.
Lo más
terrible es que ya no se quedan con lo que saben, sino que lo comparten y
aprenden más. Luego comparten lo aprendido y vuelven a aprender más. ¡Ya no se
quedan callados!
Para serles bien sincero... ¡¡Estamos perdidos!! No tenemos
nada que hacer. En nuestra central de inteligencia trabajan como endemoniados
para descubrirle algún punto débil a este ejército que crece y crece, en número
y en poder. Los más grandes estrategas ya están resignados a lo que "Dios
quiera". Y al parecer Dios quiere que esta vez seamos vencidos. Yo sé que
siempre terminábamos ganando de alguna manera o por lo menos nos volvíamos a
levantar, pero esta vez... esta vez, me temo que no será así. Lamento
comunicarles que de ésta no salimos.

Ya sólo nos queda tomar
nuestras pertenencias y nuestras amistades y resignarnos a que nunca más
podremos ir a su territorio. Y si alguno se atreve a ir, sepa que no tendrá el
respaldo del gobierno porque ya hemos perdido demasiados "hombres". Así que,
compatriotas, por su seguridad, no salgan del Infierno.



Strong Man Jr.
Secretario del
Gobierno Infernal.





Luego de esto, no queda más que invitarte a ser parte de la revolución más grande que haya conocido la raza humana. Porque los cristianos, unidos y predicando, no somos más que una especie en peligro expansión.


Con mucho cariño para los revolucionarios del nuevo milenio. "Por tanto id por todo el mundo y predicad el evang...."

Cristian San Martín.

Rhemail Nº10: No queda más que renunciar

No queda más que renunciar.


Muy buenos días, mi nombre es Armando Kwin y soy periodista de la prestigiosa revista, "Las nuevas de Roma". Y el motivo de este comunicado es poner al tanto de mi renuncia a todos los directivos de la revista antes mencionada. Yo sé que el reglamento es muy estricto en esta compañía, y que si alguien no cumple con una "misión" pierde el trabajo y todos los beneficios, por lo tanto, prefiero ser yo quien renuncie y no exponerme a la humillación de ser despedido, y más aún, por algo tan injusto.

Mi pasado en la compañía siempre fue brillante. Elegido 15 veces consecutivas como el mejor empleado del mes. Mis noticias y reportajes eran con una excelencia única. Pero esta última nota realmente me fue imposible realizarla. Tal vez ustedes no lo entiendan como yo, pero realmente esta vez me pidieron algo imposible. A simple vista parece fácil, pero cuando me dispuse a hacerlo y a investigar, me di cuenta de que era imposible. Realmente imposible.

No con el ánimo de chismear, sino para que estén al tanto de la situación, voy a contarles qué pasó. En los días de Poncio Pilato, gobernador de Judea, vino mi jefe directo hasta mi oficina y me dijo:
- Quiero que hagas una nota de un personaje nuevo.
Hasta aquí iba todo bien, porque muchas veces había hecho eso, pero mi jefe continuó:
- Y quiero que descubras por qué la gente se identifica con él.

Eso fue bastante extraño, pero no parecía difícil, así que me dispuse a hacer mi trabajo con excelencia y dedicación, y con la máxima entrega. Fue así como, bordeando lo trabajólico, fui a conocer a este hombre a altas horas de la noche. Ya sabía toda su vida y lo que la gente decía de él, pero yo no lo había visto. Y esa fue mi primera sorpresa. Verlo ahí hincado orando a esa ora y de esa manera, fue algo bastante fuerte. Y más, porque parecía sudar sangre. Yo no lo vi bien porque estaba un poco lejos, pero una pregunta vino a mi mente de forma inmediata: "¿cómo alguien se puede identificar con una persona así?". Y además decía que se rendía a lo que Dios dijese. Yo había investigado acerca de él y me había enterado que era "poderoso" y que hacía muchas cosas sorprendentes. Realmente me imagine un líder avasallador, pero sin embargo vi a alguien sometido y rendido a la voluntad de Otro. Entregado a su destino. Y me repito: ¿cómo alguien se puede identificar con una persona así?
"Seguramente tú conoces lo que Jesús dijo en esos momentos. "Que no se haga mi
voluntad, sino la tuya". Y sin temor a equivocarme puedo asegurar que tú también
has dicho esas palabras. Tal ves las mismas o quizás parecidas. Yo sé que Tú
tienes el control. Tú voluntad es mejor que la mía. Me rindo a ti y a lo que tú
decidas. O cuando no encontraste el "por qué" a lo que estabas pasando y le
dijiste a Dios que no importaba, que lo dejabas todo en sus manos, pero más por
resignación que por dependencia. Así estaba Jesús, resignado a lo que venía.
Confiando en que si era la voluntad de Dios tenía que ser agradable y perfecta.
Pasando una crisis como cualquier persona. Viviendo problemas como los que
tienes tú o como los que tengo yo. Pero ahí estaba, orando y resignado a que
Dios tiene el control. Yo sé que te lo han dicho un montón de veces, pero no
tengo otra cosa que decirte que, entregarse en las manos de Dios es lo mejor que
podemos hacer. Jesús lo demostró. Jesús pasó lo crisis tan o más difíciles que
las tuyas o las mías. Él lo vivió"

Ese día me fui muy confundido a mi casa. No entendía por qué me habían pedido hacer una historia de ese tipo y más encima descubrir el porque de algo que yo ni veía. Pero no me iba a rendir tan fácilmente, así que al otro día partí camino al pueblo y me enteré de que lo habían tomado preso. "Esto se está poniendo bueno" me dije y se me ocurrió seguir a uno de sus amigos. Uno de los que dormían cuando el oraba la otra noche. Uno llamado Pedro.
Lo seguí todo ese día, incluso cuando andaba en el patio del sumo sacerdote. Y fue precisamente ahí cuando este tipo, antes pescador, se ganó el premio al mejor amigo (irónicamente hablando). Porque negó conocer al que habían tomado preso. Y no una vez, sino tres veces. Realmente ya me estaba compadeciendo del preso, porque no entendía como podía tener amigos como éste después de tres años de amistad.
El problema es que seguía sin poder hacer mi trabajo. Seguía sin saber por qué la gente se identificaba con un tipo así. Realmente creía imposible que alguien se identificara con él, si ahora ni siquiera tenía amigos.

"Esta es otra etapa muy común en las crisis y que Jesús tuvo que pasarla para
decirte que se puede. La etapa en que miras a tu alrededor y no ves a nadie. La
parte en que pareciera que todos tus amigos están ocupados. Son los momentos en
que las traiciones están a la orden del día. Y uno a uno van dejándote solo
cuando más los necesitas. Solo, cuando necesitas un hombro para llorar. Solo,
cuando necesitas a una persona que te escuche para poder desahogarte. Solo, en
esos momentos en los que la compañía de Dios parece insuficiente. No me juzgues
de hereje. Yo no digo que Dios no alcance, digo que pareciera que Dios no llena
esos espacios que se generan en las crisis. Necesitas a alguien y pareciera que
no hay nadie. Y es que tengo un secreto que contarte, por más que estés rodeado
de gente, las crisis las tienes que pasar solo. Moisés subió solo al monte a
morir. Jesús oró solo en el huerto. Y aunque todos quieran ayudarte, tu crisis
tendrás que pasarla solo. Solo, con Dios."

Luego pasé un tiempo pensando. No sé cuanto. Tal ves fueron minutos, tal ves fueron horas o tal ves días. Tratando de redactar algo que tuviera consistencia, pero tenía un caos interno, entre lo que me habían pedido y lo que yo había visto. En pocas palabras, me pedían que comprobara una tesis que yo no creía. Pero me levanté de mi hoyo, sacando fuerzas de flaqueza y tomé una determinación. Me dije que esta sería el último intento. Si no lograba algo concreto, renunciaría. Así que salí decidido de mi casa, hacia el centro de la noticia. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me enteré que mi objeto de investigación estaba crucificado hace quince minutos en el monte Gólgota. "Ahora sí que no entiendo nada", me decía mientras corría con destino al Gólgota.
Y ahí estaba él, con sus brazos extendidos horizontalmente y clavados al madero que lo mantenía en el aire. Un pie sobre el otro y ambos atravesados por otro clavo que lo unía más aun al madero. Fue desgarradora esa imagen. Verlo ahí, indefenso, humillado, sin fuerzas. Realmente fue algo que nunca voy a olvidar. Se me grabó su imagen en mi mente, pero más aun, nunca se me olvidaron las últimas palabras que le escuché, y en realidad las únicas que pude escuchar. Sin fuerzas, gritó. Sin ganas, abrió su boca. Mientras otros se burlaban, él miró al cielo con la vista perdida no sé hacia adonde, y cerca de la hora novena, gritó:
- Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Realmente este tipo se sentía solo y no sé cómo alguien puede identificarse con él. Realmente no sé por qué alguien se identificaría con una persona así.

"¿Leíste bien la frase que dijo Jesús? "¿Por qué me has desamparado?" Yo sé lo
que la teología dice. Que en esos momentos el Padre se separó del Hijo, porque
Jesús estaba llevando los pecados del mundo. Y eso es verdad. Absolutamente
verdad. Pero Jesús sabía lo que iba a pasar, sabía que el Padre tendría que
hacerse a un lado en esos momentos. Pero aun así gritó. Aun así se sintió
desamparado. No dijo, Padre por qué te has separado de mí. Se sintió
desamparado. Y la razón es porque era humano, y al igual que tú y que yo nos
sentimos solos y que Dios nos dejó, el también se sintió abandonado cuando más
necesitó a Dios. Seguramente ahora se acuerda y no lo volvería a hacer, pero en
el momento, realmente se sintió solo. Aunque Dios estaba más pendiente que
nadie, Él se sintió solo. Tal vez fue su naturaleza humana que lo traicionó. Lo
concreto es que Él vivió problemas como tú y como yo. Que no supo qué hacer
muchas veces. Que lo abandonaron sus amigos. Y por último pensó que Dios lo
había desamparado.
Ahora no me queda más que decirte lo que Dios me dijo que
te diga. Jesús pasó todo eso y vivió en carne propia las crisis, para que ahora
puedas tener alguien que te comprenda. Alguien que siempre va a estar cuando lo
necesites y que aunque sientas que te abandonó, nunca olvides que prometió estar
contigo todos los días, hasta el fin del mundo. Y que aunque nadie te entienda,
Él sí te entiende, porque Él pasó por esos momentos."


Así que ahora, sólo me queda presentar mi renuncia por no haber conseguido descifrar por qué la gente se identifica con Jesús. En realidad no sé ni por qué me identifico yo con él. Pero así es. Y no me queda más que renunciar. Desde ya muchas gracias y hasta pronto.

Se despide, Armando Kwin.




Con mucho cariño para todos aquellos que están pasando momentos difíciles. Espero que estas pocas palabras hayan servido para alentarte a seguir.

Te quiero un montón. Cristian San Martín.

Rhemail Nº9: ¿Dios se equivoca?

¿Dios se equivoca?


¿Dios se equivoca?
Sé sincero contigo mismo. Nadie (excepto Dios) puede saber tus pensamientos. Te haré una vez más la pregunta: ¿Dios se equivoca? Si me respondes de acuerdo a la religión y a lo que te han enseñado, esto no servirá. Necesito que abras tu corazón, que mires adentro de él y me digas sinceramente lo que piensas al respecto.

Qué pasaría si hiciera esta misma pregunta entre jóvenes que han sido violadas. O si la hiciera entre personas que han quedado inválidas. Tal vez se demorarían un poco más en responder. Pero ahora te estoy preguntando a ti... ¿Dios se equivoca?

Se ha equivocado alguna vez Dios en tu vida. ¡Mírate! Sí te estoy hablando físicamente. Quiero que seas franco(a), mira tu cuerpo y respóndeme. ¿Se ha equivocado en algo? Si miras minuciosamente tu cuerpo, ¿podrías decir que Dios no se ha equivocado en nada?

Mira tu nariz... ¿crees que Dios se equivocó cuando la hizo?
Mira tu cabeza... ¿crees que a Dios se le olvidó ponerte pelo?
Mira tus orejas y dime: ¿Se le habrá olvidado aplastártelas un poquito?
Mira tu cintura... ¿Se le habrá pasado un poquito la mano? ¿Te dio un cuerpo que te queda grande?
Fíjate en tu mirada... ¿se le habrá olvidado afinarte la vista?
Mira tu cara... ¿habrá jugado a algo con ella? ¿Esas pecas serán normales? ¿Esos granos se le habrán pasado desapercibidos?
Mira tu cuerpo... Tal vez no se acordó que tenías que seguir creciendo como el resto.
Tal vez se le olvidó ponerte las neuronas que permiten hablar de corrido, y tartamudeas como metralleta.
Tal vez no sabía que tendrías que hablar con mujeres alguna vez y se le pasó sacarte un poquito de vergüenza.
Quizás se le olvidó inflarte las piernas y las tienes flacas como un palillo.
¿Se le habrá pasado la mano cuando te estaba inflando la cabeza?
Mira tu trasero... ¿le falta?, ¿le sobra?
Mira tu color de piel... ¿Muy claro? ¿Muy oscuro?

Mira esa zona que te ha tenido aproblemado toda tu vida y dime ¿Dios se equivoca?...

Ahora que logré escarbar en ti y logré llegar al fondo de tu corazón. Ahora que tengo tu atención... Quiero que me pongas todos tus sentidos aquí, porque hay alguien que quiere hablar contigo:

"Hola hijo. Quería contarte algo. Donde yo vivo no hay tiempo. Tal vez no alcances a entender esto ahora, pero acá no existen los días, los meses ni los años. ¿Sabes por qué? En realidad, es por muchas razones, pero hay una que me interesa contarte ahora. Quise vivir en eternidad, para poder pensarte por siempre. Para poder crearte sin presiones de ningún tipo. No te hice apurado. Me tomé una eternidad en imaginarte. Pasé por cada uno de tus días antes de formarte. No te improvisé. Cada una de las partes de cuerpo fue hecha por mis manos. No te falta, ni te sobra, nada. Estuve "mucho tiempo" haciéndote. Y ahora te veo y me doy cuenta que todo lo que hice en ti es bueno en gran manera. Todo lo que hice en ti es bueno en GRAN manera. TODO."

Los complejos nos limitan, y nosotros somos "without limits generation".

Con cariño, Cristian San Martín.

Rhemail Nº8: No le demos más vuelta al asunto

No le demos más vuelta al asunto.

¿Y qué querís que le haga? Yo soy así no más poh. Es mi personalidad. Mi vida entera me ha llevado a ser de esta forma y yo no hay nada que yo pueda hacer para cambiar. Soy loco. Soy inquieto. Soy impulsivo. Y sé que tengo que tratar de cambiar, porque me ha llevado a tener varios problemas. Pero yo no soy mala onda, simplemente soy así. Es mi forma de ser y no lo puedo controlar. Es mi carácter que me funciona más rápido que mis pensamientos y no me alcanzo a frenar...

"Seguramente ya te habrás identificado con el personaje que te está hablando.
Aun sin saber quien es, podemos ver que tiene los mismos problemas con el
carácter que nosotros. Porque no nos vamos a hacer los tontos ahora. Sabemos que
todavía nos cuesta mantener la boca cerrada cuando nos enojamos. ¿O no? Sólo
piensa en la última vez que tu mamá te castigó. O la última vez que tu jefe te
retó porque hiciste algo mal. Recuerdas todo lo quisiste decirle. Te acuerdas la
vez que te anotaron en el liceo y tú no tenías la culpa. Para todo esto sólo
tengo un consejo, no discutas cuando estés enojado, porque, como dice Carlos
Cuauctemoc Blanco, "el enojo produce diarrea verbal", y hablamos sin pensar si
vamos a herir o no."


Pero, sea como sea, no tenía para que tratarme así. No le importó que hubiese gente alrededor, incluso estaban los chiquillos y delante de todos me lo dijo. Lanzó esa frase que hasta ahora me da vueltas en la cabeza. Si hasta la puedo escuchar. Además, el tono de su voz demostraba que realmente estaba enojado. Pero, a pesar de todo, creo que se le pasó la mano. No era para decirme "Quítate de delante de mí, Satanás". Tshhhh! ¿Qué se cree? Acaso no podía ser un poquito más suave. O por lo menos decírmelo cuando estuviéramos solos. Pero no en frente de todo el mundo. Ahora, cómo miraré a la cara a Juan, a Judas y a los otros chiquillos. Parece que no pensó en mi autoestima. Al parecer no se acordó que yo también tengo sentimientos. Que trate mal a los fariseos es una cosa; pero que me insulte a mí, que soy su discípulo, lo encuentro increíble. Con explicarme hubiese bastado, pero parece que andaba en uno de esos días.
Ahora, una cosa es haberme equivocado, pero Él es Dios, qué le costaba mirar mi corazón y darse cuenta de mi intención. Yo sólo quería ayudar. Nunca quise entorpecer los planes que Él tenía. Además, seamos sinceros, no era algo muy fácil de aceptar a la primera. Que de un momento a otro salga con el pastelito que se morir. Ah! Me gustaría haber visto tu reacción si hubieses estado en mis zapatos. Después de todo, llevo harto tiempo con Él y ya le tomé cariño. Incluso llegué a pensar que nos estaba probando, para ver que haríamos. Y yo lo que quería era ayudar. Tal vez se estaba bajoneando y yo quise subirle el ánimo. Eso es todo. Realmente me tomó por sorpresa su respuesta. Si me acuerdo y me da rabia y pena a la vez. Nunca fue mi intención mandarme el condoro, sino mostrarle que yo estaba con Él y que no se sintiera solo. Yo lo único que quería era ayudar, pero no resultó. Por el contrario, me mandé la media cag..., perdón, embarradita...

"Si no te llegó la primera parte, seguro que esta sí. A todos nos ha pasado
alguna vez. Creyendo que lo estamos haciendo perfectamente bien, resulta que
estamos perfectamente equivocados. Y no es que uno quiera equivocarse. Uno no
decide pecar porque sí. Nuestro hobbie no es el pecado. Pero no nos damos cuenta
como llegamos a eso. Y es porque vamos dejando pasar errores y no los tomamos en
cuenta. Estoy seguro que Pedro pensó que Jesús estaba equivocado otras veces
antes de la de ahora. Tal vez cuando le sanó a la suegra. Y es porque nunca
atacamos los pequeños enemigos. Siempre esperamos a que sea un ejército en
contra nuestra para reaccionar. No nos preocupamos de las pequeñas cosas, y
cuando queremos reaccionar, nos cuesta mucho. Seguramente te pasó cuando te
paraste a mirar los diarios y te pusiste a mirar a la mujer que aparece en la
portada de La Cuarta. Después mirabas esas fotos cada vez que podías. Luego
descubriste que el internet era más variado. Y casi sin darte cuenta, te metiste
en la pornografía más sucia que existe. Y qué tal tú. Con esa costumbre de
pensar mal de las personas. Seguro que no llegaste a ese punto de una sola vez.
Y es que como les dije antes, no estamos acostumbrados a atacar a los pequeños
enemigos."


Ahora no sé que pensar de mi mismo. Un día me dice algo y al otro me cambia toda la película. Un día me da a entender que estoy plenamente alineado con el Padre Celestial y al otro, que estoy perfectamente alineado con Satanás. Un día estoy en el tercer cielo y al otro, en el tercer infierno. Un día soy un ángel y al otro un demonio. Ya no sé quien soy. Hace pocos versículos atrás, nos había preguntado que quien creíamos nosotros que era Él. Y si te das cuenta, esa tampoco era una pregunta fácil. No era llegar y responder. Sin embargo, tomé la misma iniciativa de siempre y dije sin rodeos que Él era el Cristo, el Hijo del Dios Viviente. La única diferencia es que esa vez quedé como ejemplo, porque le di justo en el clavo. ¡Fue un momento tan glorioso! Escucharlo decir que no me lo había revelado carne ni sangre, sino su Padre que está en los cielos; además que me daba las llaves del reino de los cielos y un montón de cosas más. Pero después de lo que pasó ahora eso parece tan lejano. Tan irreal. Tan incoherente. ¿Cómo me puede dar las llaves de algo si no distingo la voz del Diablo a la de Dios? Seguramente con el condoro de hace un rato, me va a pedir que le devuelva las llaves que me había dado. Tal vez me pida que deje de ser su discípulo. A lo mejor piensa que soy demasiado inestable para ser un apóstol y un fundador de su iglesia. Y realmente creo que tiene razón. Porque un día me creo el pescador de hombres que me dijo que sería; y al otro día me siento peor que el demonio más malo. Verdaderamente no sé quien soy...

"Tenemos tan incrustada la mentalidad griega en nosotros, que sin quererlo,
reaccionamos o pensamos de esa manera. Y peor aun, creemos que Dios reacciona de
esa manera. Te tengo una noticia, la sangre de Jesús no compensa los pecados,
los borra. No creas que algo malo que hagas, va a borrar lo que Dios te haya
dicho. Tu propósito no está en juego. Dios ya lo tiene planeado. Ahora
preocúpate por llegar, y no por no caer. Porque si pecamos, abogado tenemos para
con el Padre. Y no para compensar las cosas buenas con las malas. Dios no evalúa
por promedio. No creas que si ayunaste un día y al otro pecaste no habrá servido
de nada tu ayuno. Dios no es así. Dios es mucho más bueno de lo pensamos. Con
decirte que nos premia por buscarlo, no importa si no logras encontrarlo. Él es
galardonador de los que lo buscan. Realmente Dios es más bueno de lo que nos
imaginamos."

Pero ya no hay más vuelta que darle. Me equivoqué y tengo que asumirlo. Además, siempre supe que el Mesías tendría que morir y padecer y todo eso que Él dijo. A decir verdad, y siendo muy sincero, no tengo excusa. Reaccioné asmáticamente y eso me costó un regaño. De que fue duro, no hay duda. Pero si me trató de esa manera, seguramente fue porque no entendería de otra. Ahora sólo espero que me perdone y vuelva a confiar en mí. Creo que aprendí la lección. Creo que sí...

"Y ya debes imaginarte cual es la conclusión final. No le demos más vuelta al
asunto. Si nos equivocamos, no nos preocupemos en buscar excusas. Mejor
humillémonos una vez más y pidamos perdón como corresponde. No te convenzas que
tu caso es la excepción a la regla. Los pecados son pecados aquí y en la
quebrada del ají. Así que no le hagamos caso al enemigo y pidamos perdón como se
debe. Tal vez, como Pedro, seamos escogidos para presenciar el siguiente milagro
del Maestro. Porque déjame contarte algo. Jesús no le pidió que le devolviera
las llaves, sino que escogió a Pedro, junto a otros dos, para presenciar la
transfiguración y escuchar directamente la voz del Padre desde la nube. Luego
fue Él el que predicó por primera vez en Pentecostés. Así que, como último
consejo, no dejemos pasar más tiempo y aceptemos la corrección de Dios."


Sé que estás acostumbrado a grandes revelaciones de parte de Dios, pero igual espero que estas pocas, y sencillas, líneas te hayan bendecido. Prometo que cuando tenga una revelación más grande, haré lo posible por compartirla contigo.

Con cariño, Cristian San Martín.

Rhemail Nº7: Limpio y Ordenado

Limpio y Ordenado.


Para todos aquellos que aceptan que Dios habla de muchas maneras, estoy seguro que lo que sigue los va a bendecir. Y a los que aun no creen que Dios pueda hablarnos de formas raras, espero que esto les pueda bendecir y ayudar a creerlo.

Un día sábado, en un evento de jóvenes, un hombre de Dios citó una frase que dice: " Si quieres saber cómo es una persona, mira como tiene su pieza". Al instante, y con alta definición, se me vino a la mente la imagen panorámica de mi pieza, y lo que vi me dejó bastante preocupado. No porque sea "cuático", sino porque la despreocupación era tanta que ya no me acordaba de la última vez que había barrido (y si yo no lo hago, no lo hace nadie). Hablar de desorden sería simplificar más de lo permitido por mi conciencia. Yo creo que la definición más fidedigna es caos (y creo que no exagero). Para que te hagas una idea, piensa en un piso donde, en lugar de alfombra, había ropa, sucia y limpia, cuadernos, fotocopias, había libros, cds, etc., y prefiero no seguir por vergüenza... Pero eso no es lo más importante. Lo realmente lindo es lo que descubrí cuando comencé a ordenar y a limpiar...

Yo, al igual que la mayoría de los de mi generación, he tenido una vida bastante fácil (Gracias a Dios). No he pasado hambre, siempre he tenido donde dormir y vivir. He tenido siempre más de lo mínimo; y lo mismo me ha llevado a siempre querer cosas mejores. Y, en parte es bueno, pero se me estaba olvidando un gran detalle... aprovechar lo que ya tenía. Siempre quería más, pero no aprovechaba lo que Dios ya me había dado.
Y fue esto mismo lo que me estaba pasando al ordenar mis cosas. Quería una repisa más linda, una alfombra más nueva, una mesa más de mi agrado, una cama más cómoda y una cómoda más cama (ja, ja), etc. Y ahí fue cuando vino la dirección de Dios que me llevó a limpiar como nunca antes y a ordenar de la mejor manera posible. No entendía el por qué del impulso, pero cuando terminé la labor y miré la obra de arte, realmente me asombré. Y en ese momento supe que había una enseñanza simple pero muy útil y muy linda, y quería compartirla contigo.
Descubrí que todo lo que hice fue limpiar y ubicar bien lo que tenía. Saqué toda la basura, limpié y ubiqué. Seguí con la misma repisa, pero limpia. Seguí con la misma mesa, pero limpia y bien ubicada. Seguí con la misma pieza, pero limpia y ordenada...

Y como ya me conoces, sabrás que no quiero dejar nada en el aire. Quiero ir al
grano y decirte. Primero que está bien que quieras más cosas, pero primero
sácale el mayor provecho posible a las que ya tienes, y eso lo logras limpiando
y ordenando. Dios te ha dado dones, talentos, habilidades o como quieras
llamarle, y sólo podrás sacarle el máximo provecho limpiándolo (santificándolo)
y ordenándolo (sujetándolo a las autoridades que Dios a puesto). Cualquiera sea
el don, límpialo y ordénalo, y obtendrás lo mejores resultados. Ya sea canto,
baile, enseñanza, liderazgo, dones espirituales, tocar instrumentos musicales,
pintura, fotografía, diseño, ventas, escritura, oratoria, etc., limpio y
ordenado se logran los más excelentes resultados.
Segundo, no creas las
mentiras cuando alguien o "algo" te diga que no sirves para nada. Tú tienes
dones, talentos dados por Dios y tienes un propósito en la vida, sólo tienes que
mirarte, y cuando los encuentres, límpialos y ordénalos.




Con cariño, Cristian San Martín.

Rhemail Nº6: Mi pobre parcito

Mi pobre parcito.


Hace algunos años se estrenó una película que causó sensación en el mundo entero. Tenía por nombre: "Mi pobre angelito". La película se basaba en la historia de un niño que se quedaba solo en su casa para una navidad. Su familia se fue en avión a San Francisco y él se quedó en Nueva York. Luego de una divertida aventura con unos ladrones, este niño se reencontró con su familia y la película terminó.

Parece una historia bastante irreal. No tengo conocimiento si fue basada en un hecho real conocido por el creador de la película. Lo que sí tengo claro es que la familia de este niño tenía serios problemas de comunicación, porque no se dieron cuenta que faltaba uno de los hijos, sino hasta estar en el avión con destino a San Francisco. Si uno sigue viendo la película se puede dar cuenta que no fue porque no lo quisieron llevar, porque al percatarse que faltaba, hicieron todo lo posible por volver a la casa para que a su hijo no le pasara nada. Ahora, seguramente estás pensando lo mismo que yo pensé en un principio. Deberían haberse preocupado antes. ¿Cómo pueden ser tan despistados? ¿Cómo tan desconsiderados? Pero afortunadamente (perdónenme el término) se lograron dar cuenta a tiempo y no le pasó nada a su hijo...

Antes que empieces a juzgar a la familia " desconsiderada", déjame contarte un relato muy parecido, pero esta vez en la Escritura. Sí, como lo leíste, en la Santa Palabra de Dios hay una historia muy similar a la de la tan famosa película que te acabo de mencionar.
Un día, para la fiesta más importante del pueblo judío, la pascua, el papá, la mamá y el hijo, que conformaban la familia, fueron a Jerusalén para celebrar la fiesta de la pascua, como la tradición lo ordenaba. Terminada la fiesta, la familia volvió a su pueblo, salvo por un pequeño detalle. El detalle era que su único hijo de doce años se les había quedado en el templo de la capital. Imagínate lo que es para un niño de doce años quedarse sólo en la capital de su país. Piensa qué podría hacer un niñito de campo abandonado en el centro de Santiago. Bueno, ese niño era nada, y nada menos, que Jesús, el hijo de Dios. Sí mi hermano(a), a este parcito se le olvidó que Dios les había encargado cuidar al Salvador del mundo y lo dejaron abandonado en la capital. Este parcito, estuvo a punto de echar a perder todo el plan divino de Dios para con la humanidad, por un simple y estúpido descuido. Piensa un poco. ¿Le quitarías los ojos de encima al Salvador del Universo, si Dios te encomendara cuidarlo? Si supieras que un niño es el Hijo de Dios, y Dios te pidiera a ti que lo criaras, ¿lo descuidarías? Si supieras que de ti depende la Salvación del mundo, ¿lo dejarías en el templo de la capital?
Bueno, antes que empieces a juzgar a este parcito, déjame terminar el relato...

"La reflexión de todo este relato es muy simple. No dejes a Jesús en el templo.
No permitas que la salvación que el mundo necesita se te quede en las cuatro
paredes del templo donde te congregas. El mundo necesita alcanzar la salvación
que tú tienes, así que lleva a Jesús a tu liceo. Lleva a Jesús a tu colegio.
Lleva a Jesús a tu trabajo. Lleva a Jesús a tu universidad. Lleva a Jesús a tu
familia. Por mucho tiempo hemos tratado de llevar a la ciudad a Cristo, pero
ahora yo te digo que lo que debes hacer para lograr eso, es llevar a
Cristo a la ciudad. ¿Cómo? No pierdas oportunidad predicar el evangelio. Ya sea
con palabras o con actos, no pierdas oportunidad de llevar las buenas noticias
de salvación. No dejes a Jesús en el templo, porque la mayor necesidad está
afuera. Sólo disponte, y verás la necesidad tan tremenda que nos rodea.
Yo
sé que para algunos no es fácil hablar (con la boca) de Jesús, pero tus hechos
dicen mucho más que tus palabras. Lleva a Jesús a tus pruebas del liceo, y
muéstrales a todos que puedes tener las mejores notas, sin copiar. Lleva a Jesús
a tu negocio, y muéstrales a todos que se puede tener éxito sin necesidad de
evadir impuestos. Lleva a Jesús a tu vida diaria, y muéstrales a todos que se
puede ser feliz sin necesidad de drogas ni alcohol. Lleva a Jesús a todas
partes, mira a la gente a los ojos y verás lo mucho que necesita de lo que tú
tienes en tu interior. No dejes a Jesús en el templo... No hagas lo mismo que "
Mi pobre parcito". No quiero dejar lugar a dudas, y espero no ofender a nadie
porque no es mi intención, pero para ser más claro... no seas cristiano sólo en
el templo. No seas cristiano sólo en la célula o en intercesión. Que no te pase
lo que a la familia de la película "Mi pobre angelito", ni lo que le pasó a " Mi
pobre parcito", No dejes a Jesús en el templo. Por favor,¡predica de algún
modo!, porque el mundo lo necesita."


Una vez más espero haberles bendecido. Y que Dios haya tocado sus corazones con estas pocas líneas.

Con cariño, Cristian San Martín.

Rhemail Nº5: El arte de los detalles

El arte de los detalles.


Hay una instancia en la que todo el mundo se detiene para ver como un hombre celebra su triunfo sobre los demás. Todo el mundo se detiene para ver como lo coronan como el número uno del mundo. Se le entrega la copa, éste la besa, la levanta y todo el mundo lo ovaciona.
El camino hasta ese primer lugar no fue fácil. Él, con sus diez compañeros (más los reservas), tuvieron que esforzarse desde mucho tiempo antes.

Fue así como estos once hombres jugaron la copa del mundo. Partieron treinta y un equipos junto con ellos. Todos tenían un sueño. Todos perseguían la misma ilusión. Todos tenían la esperanza de alcanzar el primer lugar. Pero, poco a poco, vinieron las dificultades, y al cabo de la primera fase, sólo quedaron dieciséis. Un cincuenta por ciento no pudo alcanzar su sueño. La mitad perdió la ilusión y se resignó a ver desde su casa como otros seguían adelante. Y se jugaron los octavos de final. Dieciséis equipos luchando por pertenecer a la mitad que seguirá en competencia...

Ahora sólo quedan ocho equipos, y todos con la misma ilusión. Y van 24 equipos eliminados. Doscientas sesenta y cuatro personas frustradas por no alcanzar su sueño...

Nuevamente se redujo a la mitad el número de equipos postulantes al primer lugar. Y van veintiocho eliminados... Y otra vez, y van treinta eliminados. Y ahora es la final...
Noventa minutos de esfuerzo extremo. Noventa minutos al borde del colapso nervioso. Todo un planeta mira este magno evento, y trescientos treinta frustrados piensan que ellos deberían estar ahí, que ellos lo harían mejor, que está todo arreglado y todos esos comentarios de frustrados que no alcanzaron sus sueños...

Pero volvamos a la cancha y, por favor, mira la cara de los jugadores. Fíjate en sus ojos. Que no te distraiga el pelo o el sudor. Mira sólo sus ojos. Ellos no están pensando en jugar, están pensando en ganar. Para ellos, participar no es lo que importa, es ganar. Ganar no es una opción, es lo único que les sirve.

Los dos equipos se prepararon de la mejor manera. Comieron lo que los nutricionistas les decían. Ambos estaban al cien por ciento de sus capacidades, pero sólo uno ganó. Sólo uno marcó la diferencia. Sólo uno sobresalió en la cancha. Uno anotó más goles que otro. Y yo me pregunto ¿qué pasó? Hubo algo que inclinó la balanza. Hubo algo que hizo que treinta y un equipos envidiaran a uno. Hubo algo que se llama "detalles". Fueron los detalles los que marcaron la diferencia. Un tiro libre, un centro o una atajada. Un pase, una finta o una barrida. Los detalles decidieron quien, finalmente, sería el campeón del mundo. Los detalles decidieron quienes mirarían con envidia y resentimiento como a otros les ponían la medalla de oro. Fueron los detalles los que llevaron a un equipo al primer lugar. Al número uno del mundo.

"No quiero dejar lugar a dudas. Lo que trato de decirte es que los detalles son
los que van a marcar la diferencia en tu vida. No importa si te preparas igual
que todos. Si estudias igual que todos. Si vives igual que todos. Siempre los
detalles marcarán la diferencia. Los que practiquen el arte de los detalles
tendrán recompensas. Los que prefieran orar en vez de hacer otra cosa, tendrán
recompensa en lo espiritual. Los que prefieran estudiar en vez de ver tele,
tendrán recompensa en sus notas. Los que ofrendar a Dios en vez de gastarse la
plata en tonterías, tendrán recompensa en su economía. Los que prefieran
escuchar música cristiana en vez de la música secular, tendrán recompensa en la
pureza de su corazón. Los que prefieran hacer algo por sus sueños en lugar de no
hacer nada, serán recompensados con una vida de éxito y de honra para Dios. Los
que se levanten temprano a orar en lugar de dormir hasta tarde, tendrán
recompensas en público. Etc. Etc.
Quiero ser lo más claro posible, tú ya
tienes un "detalle" muy grande a tu favor y es que eres hijo de Dios y eso ya te
hace diferente a los que no lo son. Pero también dentro del reino hay personas
que marcan la diferencia. Estos detalles diferencian a un ministro de un músico.
Estos detalles diferencian a alguien que ministra con la danza de los que sólo
bailan. Hay personas que por estos detalles logran alcanzar lo que otros desean
pero no hacen ni el menor esfuerzo. Quiero que sepas que ningún detalle que
hayas hecho para Dios ha sido en vano. Así que lucha por lo que quieres. Y una
excelente estrategia de batalla para lograr esos anhelos, es el arte de los
detalles del reino. De ti depende ser el triunfador y levantar la copa de ser un
buen hijo de Dios, o ser un frustrado que no alcance nunca sus metas."

Con cariño, Cristian San Martín.

Rhemail Nº4: Todos los palos sirven

Todos los palos sirven.


El pasado fin de semana, Dios me bendijo con la grata labor de acomodar la leña para la estufa, en mi casa. La "bodega" es un rincón del patio tapado con unos pizarreños en diagonal, del piso a la pared. Lo que trato de explicar es que el espacio era muy reducido y la madera era demasiada.

Luego de una hora y media (aproximadamente), y en mi afán de sacar una enseñanza de todos las cosas que hago, dispuse mi corazón a que Dios me enseñara lo que a Él se le ocurriera. Pensé que no podía ser parte del plan de Dios el que yo perdiera casi tres horas de mi vida sin sacar nada provechoso, salvo el acomodar la leña. Fue así como vino una palabra de Dios a mi vida. Sé que esto es muy distinto a los Rhemails anteriores, pero déjame contártelo tal como Dios me lo dijo.

Parábola del acomodador de leña.

"Un día, un joven apuesto y muy simpático, salió al patio de su casa a acomodar la leña en una pequeña bodega. Al ver la gran cantidad de madera y el espacio tan reducido de la bodega, discernió que tendría una ardua tarea.
Luego de un par de horas llegó a la conclusión que habían palos muy fáciles de ubicar. Palos que, dado su tamaño y su forma, resultaba bastante simple ponerlos en un lugar en el que quedaran bien establecidos.
El problema es que también llegó a la conclusión que habían palos muy "raros". Palos que, debido a su forma y/o tamaño, no encajaban en ninguna parte. Palos que, en donde los pusieran provocaban conflictos para seguir apilando encima de ellos. No había manera de ubicarlos. Todos los lugares y todas las posiciones resultaban contraproducentes para la labor de apilar la mayor cantidad de palos posible.
Al cabo de más de tres horas, y luego de terminada la labor, se dio cuenta que no habían mejores palos que los "raros", para rellenar aquellos espacios donde no servía poner los otros palos. Eran los que mejor encajaban en los lugares complicados como las esquinas, los bordes y las cimas de las torres.
Sólo le hizo falta un poco de paciencia y perseverancia, para finalmente descubrir que "todos los palos sirven"".

La reflexión final está dividida en dos partes.
Si eres líder de algún grupo de personas debes tener claro que "todos los palos sirven". Y que a pesar de que parezcan inservibles, siempre tendrán un lugar que ocupar, y debes ser capaz de descubrirlo.
Si aun no eres líder. Tengo que decirte que "todos los palos sirven", sólo hay que tener paciencia y mucha perseverancia, para lograr encontrar el lugar adecuado. Tal vez no sea uno de los cinco ministerios, pero puede ser tu trabajo o tu lugar de estudio, donde tengas que desarrollar tu labor y/o ministerio. Sólo deja que el Acomodador de la leña (Dios) te ubique donde Él quiera. Tal vez pasarás por varios lugares y varias posiciones, pero ten paciencia porque el que te está acomodando, finalmente encontrará el lugar preciso para ti. Sólo ten presente que "Todos los palos sirven".

Tal vez no sea mucho, pero quería compartir contigo lo que Dios me entrego. Sé que no está en la biblia, pero espero que te sirva tanto como a mí.

Con cariño, Cristian San Martín.

Rhemail Nº3: Historia de John Iteo Vedesco

HISTORIA DE JOHN ITEO VEDESCO.


Yo sé que no me conoces. También sé que nunca se te pasó por la mente que alguien como yo te iba a dar alguna enseñanza. Tal vez porque nos parecemos, y al igual que a mí, se te hace difícil recibir enseñanzas de cualquier persona.
Antes de seguir, quiero presentarme. Mi nombre es John Iteo Vedesco. Soy oriundo de Israel y, hasta ayer, era de las personas que no hacía caso a lo que me decían hasta que no tenía clarito porque tenía que hacerlo. No iba a aguantar que me usaran de goma por las puras...

"Seguramente sabes de qué te estoy hablando. No estoy diciendo que tú seas así, pero tal vez conozcas a gente así. Gente que no es muy obediente que digamos. Gente que si no es el pastor el que le da la orden, sencillamente no hace caso. No importa si es el anciano, si es el pastor de célula o el líder de algún grupo. Si no es el pastor, o alguien "superior", no acatan en lo más mínimo la orden dada."

Pero déjame contarte mi experiencia. Un día normal, fome como todos los lunes en la tarde, me encontraba junto a mis amigos haciendo nada, tal como hace un mes, debido a mi desempleo crónico. En ese panorama, ocurrió algo poco común en mi barrio. Pasó un tipo excéntrico, locuaz y de personalidad muy atrayente.
Unos decían que era profeta, otros decían que era maestro y otros, que era un sanador milagroso. Lo cierto es que lo seguía una gran multitud. Yo estimo que eran unas 15000 personas y todas comentando las cosas que hacía este extraño personaje. Unos decían que hacía cosas muy buenas, incluso que resucitaba a los muertos. Pero otros decían que igual era un poco cruel porque le sanó la suegra a uno de sus discípulos. En fin, todo tipo de historias rodeaban a este hombre. Por esta misma razón me decidí a seguirlo y comprobar por mi mismo que era milagroso. Realmente era asombroso estar en sus caminos. Todo era color de rosa. Todo era lindo. Hasta que un día todo cambió. Al parecer se le subieron los humos a la cabeza y se le ocurrió empezar a dar órdenes a las personas que lo seguían...

"También hay gente así. Y no estoy diciendo que tú seas de aquellos, pero seguramente conoces a alguien de este tipo. Gente que lo pasó muy bien en el evangelio. Gente que disfrutó de los placeres del reino. Se asombró con todas las cosas que hacía el Maestro. Gente que fue "cristiana" hasta que osaron darle órdenes. Gente que "no era el perkin de nadie". Que vivía toda una vida de piedad, por fuera, pero por dentro era un rebelde y un desobediente como pocos. Que le gustaba disfrutar, y que la presencia de Dios lo tocara en los cultos, pero por causa de su condición de rebeldía, no podía disfrutar de lo mismo en su casa. Gente que asistía a cada culto que se realizara, pero cuando le hablaban de diezmos, se le paraban los pelos de inmediato. Gente que, incluso, asistía a una célula, pero en el momento en que le decían que tenía que hacer el aseo, al instante salía con una excusa para no hacerlo. Gente de ese tipo. Que no digo que seas tú, pero tal vez conoces a alguien así..."

Pero eso no es lo peor de todo, ya que lo más raro era que no entendía el "porque" tenía que hacer semejantes locuras. Es más, mis amigos y mucha gente más no quisieron acatar y se fueron. Al final, de los 15000 que habíamos en un principio, quedamos apenas 5000. El problema es que a este Jesús se le ocurrió que nos juntáramos en grupos de 50 personas. Sin un motivo en particular, se le puso entre ceja y ceja esto, y nadie pudo hacerle desistir. Luego que todos nos juntamos en grupos de cincuenta personas, como al "perla" se le ocurrió, éste salió con otra de sus ideas. Sin razón ni cordura, mandó a que todos nos acostásemos en el suelo mirando hacia arriba. Sí, yo pensé lo mismo que tú. ¿Para qué? A esas horas, sólo pensaba en comer algo. Llevaba varias horas sin comer, por seguir al "lindo". Sólo quería sentarme a la mesa y disfrutar un sándwich gigante con un vaso de bebida. Pero parecía que a este tipo no le importaba en lo más mínimo lo que nosotros sentíamos. A él le importaba que la gente se juntara en grupos de cincuenta y se acostaran en el suelo, y punto...

"Éste es otro punto neurálgico. Cuando nos piden hacer algo sin saber para qué. Hay algunos que si no entienden para qué, simplemente no lo hacen. Si te contara cuantas veces Dios me ha mandado a hacer cosas simplemente porque sí. La cantidad de testimonios que conozco de gente que a hecho cosas porque sí y han salvado vidas. Quiero ir al grano y sin muchos adornos. No debes esperar entender para obedecer. No pretendas saberlo todo. Deja que Dios te guíe aunque no entiendas. Cuando algún líder te pida algo, hazlo sin chistar. No seas del montón, vive la contra-cultura del evangelio en su plenitud. Cuando tus papás, un pastor o un líder te pide algo, es por alguna razón, pero no esperes a saberlo para acatar la orden. Se diferente y adora a Dios, aunque no entiendas..."

Una vez acostamos en el suelo, y el crujir de los estómagos parecía un concierto de sapos y ranas de una laguna, ocurrió lo sorprendente. Algo realmente sin explicación. Yo mismo puedo corroborar que en esa canasta sólo había 5 panes y 2 peces. Y de eso se le repartió a los cinco mil tipos que estábamos acostados en el suelo. No sé cómo, pero yo comí pan y pescado, me llené y sobró. No estoy seguro cuantas canastas recogieron de lo que sobró, pero sí estoy seguro que aprendí una gran lección. Hoy aprendí...

"La obediencia sin límites y sin cuestionamientos ni condiciones trae grandes bendiciones. Por medio de la obediencia se suplen necesidades. Por medio de la obediencia lograrás las cosas más extraordinarias. Sé que tienes necesidades, sé que tienes algo que le estás pidiendo a Dios. Por lo tanto, toma este consejo y obedece. Ofrécele a Dios un sacrificio de obediencia completa, y Él te responderá. Aunque no sea el pastor el que te manda, obedece. Aunque no entiendas para qué servirá lo que vas a hacer, obedece. Aunque no estés de acuerdo, obedece. No olvides que adoración es sinónimo de obediencia. Así que sé adorador, pero no del montón. No sólo de los que adoran cuando entienden, sino de los que adoran aunque no entiendan ni jota... ¡Adora!"


Tal vez fui un poco más directo y más brusco, pero quería lograr compartir contigo esta enseñanza de la misma manera en la Dios me la compartió. Quizás no es mucho, pero espero que te sirva tanto como a mí...

Con cariño, Cristian San Martín.

Rhemail Nº2: Dios Extremo

DIOS EXTREMO.

...Sigo sin entenderlo. Tanto tiempo de fidelidad, ¿y para qué? ¿Para terminar así? No lo entiendo. Trato y trato, y sigo tratando, pero no logro comprender dónde estuvo el error. Qué fue aquello tan terrible que hice, para que Dios me abandonara de esta forma...

"Seguramente has estado en estas condiciones. Donde aparentemente no has fallado en nada pero la desgracia llega sin un aviso. Por primera vez en la vida te sentías logrando un nivel mayor de santidad y te ocurre eso que no te puedes explicar. Años siendo cristiano y no has podido salir de la pobreza. Décadas yendo a los cultos y la misma enfermedad que te deprime y te agobia. Tratas y tratas de ser fiel a Dios y aun así ese tío no dejó de manosearte ni acosarte. Tu mayor anhelo es servir a Dios, y tus papás aun no aceptan la verdad del evangelio. Confiaste con todo el corazón que aquella puerta de estudio se me abriría, oraste y ayunaste, y al final no pasó nada... Así como éstas, muchas cosas suceden sin saber ni entender por qué. No le encontramos el lado agradable a la voluntad de Dios. En momentos como estos, encontramos sin sentido eso de que "todas las cosas nos ayudan a bien". No entendemos que pueda haber un propósito bueno, detrás de algo tan malo. No entendemos absolutamente nada. No sabemos que fue lo que hicimos. Nos arrepentimos de lo que se nos ocurra. Inventamos iniquidades para poder arrepentirnos de algo. Le pedimos al Espíritu Santo que nos diga que hicimos mal, pero no hay respuesta. Todo parece estar arreglado para que sigas sin entender el por qué de esa situación."

Perdón, no me había presentado. Soy un joven, siervo de Jehová Dios de Israel y fiel como pocos, que vivo en esclavitud y estoy a pocos minutos de ser ejecutado. ¿Te parece irónico y sin sentido? A mi también. Yo creía conocer a Dios. Es más, Él me hablaba de una manera muy linda. Había comunión entre nosotros. Y aun así no me dijo que algo como esto me pasaría. Creí que no había secretos entre nosotros, y "el perla" me sale con esto... ¿Qué?, ¿Otra vez olvidé presentarme?... soy Misael.

"Por qué no me lo dijo. Para qué esperó que me diera cuenta solo que mi matrimonio andaba mal. Por qué no me avisó que mis papás se iban a separar, por lo menos para intentar hacer algo por la familia. Por qué no me avisó que en esa calle y a esa hora iba a estar ese tipo que me persiguió y me acosó, me asustó, se me tiró encima... Por qué no me lo dijo.
Todos hemos pasado momentos en que le recriminamos a Dios por no habernos advertido de lo que vendría. Como dijo una amiga mía, "dónde estaban los ángeles en ese momento". Y simplemente no hay respuesta. Pareciera que Dios es un déspota que disfruta haciendo sufrir a la gente para que tengan que volverse a Él por necesidad. Pareciera ser que todo lo que has aprendido por años, meses o semanas, no tiene ninguna validez práctica y que Dios sólo sirve para ser adorado y para entregarle nuestros diezmos. Estoy plenamente seguro que has estado en esta estación de la vida. Donde Dios pudo hacer algo, pero no hizo nada... ¡Absolutamente nada!"

Sé que no es ni el lugar ni el momento apropiado, pero déjame contarte cómo llegué hasta acá.
Nací en un hogar normal. Mi papá era herrero y mi mamá era dueña de casa. Tengo un hermano mayor y una hermana menor. Crecí en una casa marcada por la idolatría y la desobediencia al Dios de nuestros antepasados. Para ser sincero, toda la sociedad estaba en las mismas condiciones. Pero aun así, en mí crecía y crecía el deseo de servir a Jehová y apartarme para Él. Fue así como conocí a dos amigos que compartían la misma pasión y el mismo llamado que yo, Ananías y Azarías. Teníamos casi la misma edad, pero más importante aun, servíamos al mismo Dios.
Cuando tenía como dieciséis años, y producto de la desobediencia de nuestros padres hacia Dios, fuimos tomados cautivos por un rey llamado Nabucodonosor. Sí, pienso lo mismo que tú. Yo también creo que la mamá no lo quería mucho, porque para ponerle ese nombre... Mis amigos y yo nos mantuvimos fieles a nuestro Dios. Con errores como todos los mortales, pero siempre fieles a Jehová. Un día, este rey de Babilonia, Nabu, tuvo la idea más estúpida de su vida. Decidió gastar una inmensa cantidad de oro para hacer una estatua de 27 metros de alto por 2,7 de ancho. Y lo peor es que todos teníamos que adorarla. Y por mantenernos fieles a Dios y no postrarnos ante esa cosa, es que hoy estoy aquí, con Ananías y Azarías a un paso de morir. ¿Tú crees que eso es malo? Pues yo te digo que no es lo peor de todo. Lo más difícil de toda esta situación es que no sé que "mier...cale" hacer. Sería fácil si supiera que Dios quiere que me muera. O por lo menos un poco más fácil. El problema es que nunca se nos enseñó que hacer en estos casos. No hay una ley en toda la ley de Moisés que me diga que hacer cuando estoy a punto de ser quemado en un horno de fuego, por el cual ya murieron los que abrieron la puerta para tirarnos adentro a nosotros. Ningún rey ni profeta de mi pueblo pasó algo así... No sé que hacer. No sé si escaparme o dejarme matar. Lo más fácil sería dejarme matar porque ya estoy amarrado por todo el cuerpo, así que no sería muy fácil arrancar... Pero en conclusión, no sé que hacer. Me siento impotente y angustiado. Miro al cielo y parece más distante que nunca. Mis amigos están en la misma que yo... No sé que hacer. Estoy confundido. Hasta el nombre me lo cambiaron, ahora me dicen Mesac. Ya no sé ni como me llamo. No sé quién soy. No sé qué hacer.

"Al principio lo más difícil era hacer la voluntad de Dios, conforme fue pasando el tiempo, lo más difícil es saber cual es realmente la voluntad de Dios para las situaciones complicadas de la vida. Mientras antes luchábamos por cumplir los mandamientos, después lo más complicado es saber qué es lo que Dios quiere que hagamos en las deferentes problemáticas de nuestra vida. Qué hacer cuando lo que nos pasa no está escrito en ningún libro de la biblia. Cuándo no se trata de aplicar literalmente un versículo y ya. No hay un versículo que te diga que hacer cuando te han violado y te sientes impura e inservible. No hay ninguna carta escrita a los hijos de padres separados contándoles que ellos no tienen la culpa de lo que está pasando en su casa. No hay ni un capítulo que le hable a las esposas que el marido las abandonó y ahora no saben como sacar su familia adelante.
Sé que estás pensando. Sí hay textos que se refieren a cosas así, pero no explícitamente. Y créeme, cuando estamos en problemas no queremos revelaciones rebuscadas, queremos que Dios nos hable lo más clarito posible, porque o sino no le entendemos. Pareciera ser que aun no entendemos el motivo de las pruebas y las tentaciones. Y aunque se nos diga que eso va a pasar y que Dios tiene el control, la impotencia y la desesperación se apodera de nosotros, por no saber qué hacer. Sabemos que Dios sabe qué hacer, no entendemos por qué no nos dice nada y seguimos sin tener idea para donde va la micro. No sabemos si tenemos que orar más o salir a evangelizar más. No sabemos si tenemos que hablarle o dejar que se le pase el enojo solo. Oramos y oramos, y Dios sigue manteniendo en secreto su agradable voluntad. Pareciera ser que su voluntad es tan perfecta que no se puede rebajar a juntarse con unos tipos tan imperfectos y llenos de errores como nosotros... y seguimos sin saber qué hacer.

Unos guardias musculosos nos cargan y nos llevan al horno. Está más caliente de lo normal. Siete veces más caliente, porque en una muestra de fidelidad, el rey se enojó más y ordenó calentarlo siete veces más.
El guardia que me lleva está transpirando por todo el cuerpo. Pareciera que hace mucho calor y eso que aun no llegamos al horno. Y digo pareciera, porque curiosamente yo no siento el calor. No sé si por los nervios o algo más. La cosa es que no siento el calor.
Llegamos a un punto en el cual los guardias ya no podían seguir avanzado a causa de las llamas. Así que decidieron lanzarnos desde allí al horno. El calor parece insoportable, pero nosotros cuatro no sentimos nada... ¡¿Cuatro?! Sin darnos cuenta, un cuarto "personaje" apareció en el horno, y tampoco le afecta lo que está pasando. Tampoco se quema... Este sí que es el momento más extremo de mi vida. Lejos el más adrenalínico que he vivido. No estoy ni amarrado ni acosado por las llamas... soy extrañamente libre. Curiosamente libre. Extremadamente libre.

"Esta es la conclusión y la palabra de parte de Dios para ti. Dios nos mete en situaciones extremas. Vivencias al límite de lo soportable, no con la intención de que te rindas y tires la toalla, sino con la idea de que resistas hasta el final, y producto de una prueba extrema pueda darte una bendición del mismo tipo... ¡Extrema!. Y recuerda, a pesar de que no entiendas por qué te pasa lo que te pasa. Aunque no sepas por qué Dios no te dijo que algo así te iba a ocurrir. Por más que no tengas idea de qué hacer y pareciera que no hay salida para tu problema, Dios está ahí y lo puedes notar cuando te dispones a hacerlo. Confía porque cuando todo pase vas disfrutar al máximo las bendiciones extremas que vendrán de parte de nuestro Dios Extremo."


Con mucho cariño para todos aquellos que están pasando situaciones complicadas. Tal vez no sea mucho pero espero que les haya servido éstas pocas palabras de aliento. Los quiero un montón.


Cristian San Martín.

Rhemail Nº1: Sólo Camina

Sólo camina.


¡¡Tshhhh!! ¡Guarda silencio! ¿No ves que a tu lado se encuentra un hombre afligido?
¿Cómo que cuál hombre?
Sólo voltea hacia tu derecha con los ojos de la imaginación y podrás verlo. Mira fijamente a sus ojos, pero no trates de discernir lo que está pensando. Solamente míralo fijo y podrás darte cuenta que realmente está atormentado por algo.
¿Quieres saber que le pasa? Supuse que sí. Pero antes déjame hablarte de él.
Es un viejo pastor de ovejas que ahora dirige personas. A todo un pueblo para ser más exacto. Es alto y de aspecto distinguido. Tiene un aire de realeza, pero el destino se ha empecinado en quitárselo. Su vida estuvo marcada por la mentira y cuando quiso ser franco con si mismo, y dejó que saliera su verdadera identidad, tuvo que salir huyendo de una muerte segura.
Ese es el hombre que ves ahí parado. Su nombre es Moisés y ya han pasado más de cuarenta años de aquel escape. Ahora es quien guía al pueblo de Israel hacia la tierra que Dios les prometió. Acaban de salir de Egipto tras una serie de plagas. Llevan unos cuantos días caminando en el desierto. Disfrutando la victoria que Dios les dio.

Este momento, seguramente, tú también lo has pasado. Quizás no exactamente igual, pero sí en cierto modo. ¿Qué tal el día en que llegaste a Cristo? O ¿El día que te profetizaron una gran palabra y un gran destino? Ese día fue inolvidable. Una sensación de libertad se apoderó de ti. Una plena convicción de que servías o servirías para algo. Un claro propósito en la vida... Ahora que te ubicaste en la historia, volvamos a Moisés.

Seguramente pensarás que un hombre tan usado por Dios sería como un superman judío. Pero no es así. Sólo vuelve a mirarlo y te darás cuenta. Está abatido, con la mirada fija en el mar, que hace un par de días se deja ver en el horizonte. Lleva dos días acumulando preocupación. Cuarenta y ocho horas tratando de idear un plan. Dos mil ochocientos ochenta minutos mirando al cielo esperando una indicación. Y no ha recibido nada, por lo tanto, solamente se ha dedicado a caminar.
En el pueblo aun abunda la alegría de la libertad. Todavía disfrutan el sabor de la victoria. Todos, menos Moisés. Él no puede celebrar. Él tiene un problema.
El gran problema de este viejo pastor, es que está guiando a una gran multitud en una dirección en la que lo único que se ve es el mar.

El mar... estoy seguro que sabes de qué te estoy hablando. Pero para asegurarme, voy a ser más claro. Es aquello que tú sabes que te separa de lo que Dios soñó contigo. Es eso que por más que intentas no puedes vencer. Ese rasgo de tu carácter que cuando lo creías vencido vuelve a aparecer. Tu condoro diario. Es eso que no puedes vencer. Y que sabes que está ahí. No lo puedes evadir. No puedes tomar un camino alternativo. Sabes que tienes que enfrentarlo tarde o temprano.
También puede ser la deuda que tienes que pagar. Ese día que llegará aunque no quieras. Ese momento, que por más que piensas, no sabes que vas a hacer para vencer. Ese mar que no sabes como vas a cruzar...

Así siguen pasando los días. Moisés ya no habla con nadie. El problema se ha vuelto más grave, debido a que se dieron cuenta de que eran perseguidos por sus antiguos dominadores, los egipcios. El mar está cada vez más cerca. La nube que los dirige no cambia de dirección. Y Moisés sólo avanza... Sólo camina.

Queda un par de horas para llegar a la orilla del mar. También falta poco para que los egipcios los alcancen. La gente ha comenzado a murmurar. Piensan que han de morir en el desierto. Y para serte sincero, Moisés también lo ha pensado... y varias veces. Pero aun así, sólo avanza. Quizás para ganar tiempo. Tal vez porque no encuentra otra cosa mejor que hacer. Lo concreto es que él camina... Sólo camina.

Ahora sí. El momento ha llegado. El imponente mar se ve más grande de lo que ellos creían. La histeria se ha apoderado de la gente. Están a punto de entrar en caos. Todos postulan sus ideas, sobre qué hacer para sobrevivir. Algunos dicen que hay que enfrentar a los egipcios. Otros dicen que hay que implorarles misericordia para que les permitan volver a ser sus esclavos. Otros dicen que deberían intentar cruzar el mar a nado. Y Moisés... Moisés mira el mar desconsoladamente. Tiene los ojos cristalizados por las lágrimas acumuladas. Está a punto de desfallecer. Se siente fracasado, inservible, demacrado. Está casi muerto por dentro. Pero... ¿es idea mía o ha comenzado a sonreír? No parece una sonrisa de ironía. Realmente está contento. ¡¿Contento?! Parece que se ha vuelto loco, pensó la gente. Y para mayor sorpresa, se subió a una roca y convocó a la gente alrededor de él, para que escucharan. Realmente estaba emocionado, parece haber encontrado la solución. Parece que "Alguien" por fin rompió el silencio.
-Pero claro, ¿cómo tan tonto?- Moisés se repetía una y otra vez.
El líder se aclaró la garganta y gritó con todas sus fuerzas:
-¡¡Todos ordénense... Y SÓLO CAMINEN!!- mientras él extendía la vara en dirección al mar.
Y al instante el agua comenzó a dividirse. A pesar de la incredulidad de algunos, conforme el pueblo avanzaba, las aguas se iban dividiendo. Caminaron en seco... Sólo caminaron.

Créeme, aunque no veas salida siempre Dios te va a sorprender con una "cartita bajo la manga". Aunque tú no veas por donde puedas salir victorioso... Sólo camina. Camina por donde Dios te diga. Sólo sigue la nube, porque cuando menos lo pienses vas a ver como Dios abre el mar en frente de tus ojos. Atrévete a dar el paso. Tú sólo tienes que hacer algo. Camina... Sólo camina.


Con mucho cariño, para todos aquellos que pensaron en algún momento detenerse o no sabían como llegar a lo que Dios les había dicho. Tal vez no es mucho pero... Sólo camina.

Cristian San Martín.