No le demos más vuelta al asunto.
¿Y qué querís que le haga? Yo soy así no más poh. Es mi personalidad. Mi vida entera me ha llevado a ser de esta forma y yo no hay nada que yo pueda hacer para cambiar. Soy loco. Soy inquieto. Soy impulsivo. Y sé que tengo que tratar de cambiar, porque me ha llevado a tener varios problemas. Pero yo no soy mala onda, simplemente soy así. Es mi forma de ser y no lo puedo controlar. Es mi carácter que me funciona más rápido que mis pensamientos y no me alcanzo a frenar...
"Seguramente ya te habrás identificado con el personaje que te está hablando.
Aun sin saber quien es, podemos ver que tiene los mismos problemas con el
carácter que nosotros. Porque no nos vamos a hacer los tontos ahora. Sabemos que
todavía nos cuesta mantener la boca cerrada cuando nos enojamos. ¿O no? Sólo
piensa en la última vez que tu mamá te castigó. O la última vez que tu jefe te
retó porque hiciste algo mal. Recuerdas todo lo quisiste decirle. Te acuerdas la
vez que te anotaron en el liceo y tú no tenías la culpa. Para todo esto sólo
tengo un consejo, no discutas cuando estés enojado, porque, como dice Carlos
Cuauctemoc Blanco, "el enojo produce diarrea verbal", y hablamos sin pensar si
vamos a herir o no."
Pero, sea como sea, no tenía para que tratarme así. No le importó que hubiese gente alrededor, incluso estaban los chiquillos y delante de todos me lo dijo. Lanzó esa frase que hasta ahora me da vueltas en la cabeza. Si hasta la puedo escuchar. Además, el tono de su voz demostraba que realmente estaba enojado. Pero, a pesar de todo, creo que se le pasó la mano. No era para decirme "Quítate de delante de mí, Satanás". Tshhhh! ¿Qué se cree? Acaso no podía ser un poquito más suave. O por lo menos decírmelo cuando estuviéramos solos. Pero no en frente de todo el mundo. Ahora, cómo miraré a la cara a Juan, a Judas y a los otros chiquillos. Parece que no pensó en mi autoestima. Al parecer no se acordó que yo también tengo sentimientos. Que trate mal a los fariseos es una cosa; pero que me insulte a mí, que soy su discípulo, lo encuentro increíble. Con explicarme hubiese bastado, pero parece que andaba en uno de esos días.
Ahora, una cosa es haberme equivocado, pero Él es Dios, qué le costaba mirar mi corazón y darse cuenta de mi intención. Yo sólo quería ayudar. Nunca quise entorpecer los planes que Él tenía. Además, seamos sinceros, no era algo muy fácil de aceptar a la primera. Que de un momento a otro salga con el pastelito que se morir. Ah! Me gustaría haber visto tu reacción si hubieses estado en mis zapatos. Después de todo, llevo harto tiempo con Él y ya le tomé cariño. Incluso llegué a pensar que nos estaba probando, para ver que haríamos. Y yo lo que quería era ayudar. Tal vez se estaba bajoneando y yo quise subirle el ánimo. Eso es todo. Realmente me tomó por sorpresa su respuesta. Si me acuerdo y me da rabia y pena a la vez. Nunca fue mi intención mandarme el condoro, sino mostrarle que yo estaba con Él y que no se sintiera solo. Yo lo único que quería era ayudar, pero no resultó. Por el contrario, me mandé la media cag..., perdón, embarradita...
"Si no te llegó la primera parte, seguro que esta sí. A todos nos ha pasado
alguna vez. Creyendo que lo estamos haciendo perfectamente bien, resulta que
estamos perfectamente equivocados. Y no es que uno quiera equivocarse. Uno no
decide pecar porque sí. Nuestro hobbie no es el pecado. Pero no nos damos cuenta
como llegamos a eso. Y es porque vamos dejando pasar errores y no los tomamos en
cuenta. Estoy seguro que Pedro pensó que Jesús estaba equivocado otras veces
antes de la de ahora. Tal vez cuando le sanó a la suegra. Y es porque nunca
atacamos los pequeños enemigos. Siempre esperamos a que sea un ejército en
contra nuestra para reaccionar. No nos preocupamos de las pequeñas cosas, y
cuando queremos reaccionar, nos cuesta mucho. Seguramente te pasó cuando te
paraste a mirar los diarios y te pusiste a mirar a la mujer que aparece en la
portada de La Cuarta. Después mirabas esas fotos cada vez que podías. Luego
descubriste que el internet era más variado. Y casi sin darte cuenta, te metiste
en la pornografía más sucia que existe. Y qué tal tú. Con esa costumbre de
pensar mal de las personas. Seguro que no llegaste a ese punto de una sola vez.
Y es que como les dije antes, no estamos acostumbrados a atacar a los pequeños
enemigos."
Ahora no sé que pensar de mi mismo. Un día me dice algo y al otro me cambia toda la película. Un día me da a entender que estoy plenamente alineado con el Padre Celestial y al otro, que estoy perfectamente alineado con Satanás. Un día estoy en el tercer cielo y al otro, en el tercer infierno. Un día soy un ángel y al otro un demonio. Ya no sé quien soy. Hace pocos versículos atrás, nos había preguntado que quien creíamos nosotros que era Él. Y si te das cuenta, esa tampoco era una pregunta fácil. No era llegar y responder. Sin embargo, tomé la misma iniciativa de siempre y dije sin rodeos que Él era el Cristo, el Hijo del Dios Viviente. La única diferencia es que esa vez quedé como ejemplo, porque le di justo en el clavo. ¡Fue un momento tan glorioso! Escucharlo decir que no me lo había revelado carne ni sangre, sino su Padre que está en los cielos; además que me daba las llaves del reino de los cielos y un montón de cosas más. Pero después de lo que pasó ahora eso parece tan lejano. Tan irreal. Tan incoherente. ¿Cómo me puede dar las llaves de algo si no distingo la voz del Diablo a la de Dios? Seguramente con el condoro de hace un rato, me va a pedir que le devuelva las llaves que me había dado. Tal vez me pida que deje de ser su discípulo. A lo mejor piensa que soy demasiado inestable para ser un apóstol y un fundador de su iglesia. Y realmente creo que tiene razón. Porque un día me creo el pescador de hombres que me dijo que sería; y al otro día me siento peor que el demonio más malo. Verdaderamente no sé quien soy...
"Tenemos tan incrustada la mentalidad griega en nosotros, que sin quererlo,
reaccionamos o pensamos de esa manera. Y peor aun, creemos que Dios reacciona de
esa manera. Te tengo una noticia, la sangre de Jesús no compensa los pecados,
los borra. No creas que algo malo que hagas, va a borrar lo que Dios te haya
dicho. Tu propósito no está en juego. Dios ya lo tiene planeado. Ahora
preocúpate por llegar, y no por no caer. Porque si pecamos, abogado tenemos para
con el Padre. Y no para compensar las cosas buenas con las malas. Dios no evalúa
por promedio. No creas que si ayunaste un día y al otro pecaste no habrá servido
de nada tu ayuno. Dios no es así. Dios es mucho más bueno de lo pensamos. Con
decirte que nos premia por buscarlo, no importa si no logras encontrarlo. Él es
galardonador de los que lo buscan. Realmente Dios es más bueno de lo que nos
imaginamos."
Pero ya no hay más vuelta que darle. Me equivoqué y tengo que asumirlo. Además, siempre supe que el Mesías tendría que morir y padecer y todo eso que Él dijo. A decir verdad, y siendo muy sincero, no tengo excusa. Reaccioné asmáticamente y eso me costó un regaño. De que fue duro, no hay duda. Pero si me trató de esa manera, seguramente fue porque no entendería de otra. Ahora sólo espero que me perdone y vuelva a confiar en mí. Creo que aprendí la lección. Creo que sí...
"Y ya debes imaginarte cual es la conclusión final. No le demos más vuelta al
asunto. Si nos equivocamos, no nos preocupemos en buscar excusas. Mejor
humillémonos una vez más y pidamos perdón como corresponde. No te convenzas que
tu caso es la excepción a la regla. Los pecados son pecados aquí y en la
quebrada del ají. Así que no le hagamos caso al enemigo y pidamos perdón como se
debe. Tal vez, como Pedro, seamos escogidos para presenciar el siguiente milagro
del Maestro. Porque déjame contarte algo. Jesús no le pidió que le devolviera
las llaves, sino que escogió a Pedro, junto a otros dos, para presenciar la
transfiguración y escuchar directamente la voz del Padre desde la nube. Luego
fue Él el que predicó por primera vez en Pentecostés. Así que, como último
consejo, no dejemos pasar más tiempo y aceptemos la corrección de Dios."
Sé que estás acostumbrado a grandes revelaciones de parte de Dios, pero igual espero que estas pocas, y sencillas, líneas te hayan bendecido. Prometo que cuando tenga una revelación más grande, haré lo posible por compartirla contigo.
Con cariño, Cristian San Martín.
No comments:
Post a Comment