¿Dios se equivoca?
¿Dios se equivoca?
Sé sincero contigo mismo. Nadie (excepto Dios) puede saber tus pensamientos. Te haré una vez más la pregunta: ¿Dios se equivoca? Si me respondes de acuerdo a la religión y a lo que te han enseñado, esto no servirá. Necesito que abras tu corazón, que mires adentro de él y me digas sinceramente lo que piensas al respecto.
Qué pasaría si hiciera esta misma pregunta entre jóvenes que han sido violadas. O si la hiciera entre personas que han quedado inválidas. Tal vez se demorarían un poco más en responder. Pero ahora te estoy preguntando a ti... ¿Dios se equivoca?
Se ha equivocado alguna vez Dios en tu vida. ¡Mírate! Sí te estoy hablando físicamente. Quiero que seas franco(a), mira tu cuerpo y respóndeme. ¿Se ha equivocado en algo? Si miras minuciosamente tu cuerpo, ¿podrías decir que Dios no se ha equivocado en nada?
Mira tu nariz... ¿crees que Dios se equivocó cuando la hizo?
Mira tu cabeza... ¿crees que a Dios se le olvidó ponerte pelo?
Mira tus orejas y dime: ¿Se le habrá olvidado aplastártelas un poquito?
Mira tu cintura... ¿Se le habrá pasado un poquito la mano? ¿Te dio un cuerpo que te queda grande?
Fíjate en tu mirada... ¿se le habrá olvidado afinarte la vista?
Mira tu cara... ¿habrá jugado a algo con ella? ¿Esas pecas serán normales? ¿Esos granos se le habrán pasado desapercibidos?
Mira tu cuerpo... Tal vez no se acordó que tenías que seguir creciendo como el resto.
Tal vez se le olvidó ponerte las neuronas que permiten hablar de corrido, y tartamudeas como metralleta.
Tal vez no sabía que tendrías que hablar con mujeres alguna vez y se le pasó sacarte un poquito de vergüenza.
Quizás se le olvidó inflarte las piernas y las tienes flacas como un palillo.
¿Se le habrá pasado la mano cuando te estaba inflando la cabeza?
Mira tu trasero... ¿le falta?, ¿le sobra?
Mira tu color de piel... ¿Muy claro? ¿Muy oscuro?
Mira esa zona que te ha tenido aproblemado toda tu vida y dime ¿Dios se equivoca?...
Ahora que logré escarbar en ti y logré llegar al fondo de tu corazón. Ahora que tengo tu atención... Quiero que me pongas todos tus sentidos aquí, porque hay alguien que quiere hablar contigo:
"Hola hijo. Quería contarte algo. Donde yo vivo no hay tiempo. Tal vez no alcances a entender esto ahora, pero acá no existen los días, los meses ni los años. ¿Sabes por qué? En realidad, es por muchas razones, pero hay una que me interesa contarte ahora. Quise vivir en eternidad, para poder pensarte por siempre. Para poder crearte sin presiones de ningún tipo. No te hice apurado. Me tomé una eternidad en imaginarte. Pasé por cada uno de tus días antes de formarte. No te improvisé. Cada una de las partes de cuerpo fue hecha por mis manos. No te falta, ni te sobra, nada. Estuve "mucho tiempo" haciéndote. Y ahora te veo y me doy cuenta que todo lo que hice en ti es bueno en gran manera. Todo lo que hice en ti es bueno en GRAN manera. TODO."
Los complejos nos limitan, y nosotros somos "without limits generation".
Con cariño, Cristian San Martín.
No comments:
Post a Comment